jueves, febrero 03, 2011

Hace 100 años se inició la travesía desde España de los primeros Hermanos Maristas a Chile

Hoy, 3 de Febrero de 2011, se cumplen 100 años del inicio de la travesía de la Primera Comunidad Marista que viajó a Chile desde el Puerto de Barcelona, España, para iniciar la Misión Marista en nuestro país.
" Los viajeros habían emprendido el cruce desde Barcelona, España. No hay completa certeza de qué vapor abordaron ni en qué día exacto lo hicieron. Hemos comprobado que el día 4 de Febrero de 1911 -como hasta este momento se creía que habían zarpado- no había barcos de la Compañía Transatlántica Española del Marqués de Comillas programados para zarpar desde Barcelona hacia Buenos Aires.

Los jóvenes religiosos Maristas, encabezados por el Hermano Adventinus (Ferdinand Nicolas Renel Maillard, 37 años, suizo del Cantón de Valais), eran los Hermanos Adulfo (Juan Abaurrea Ozcoidi, 26 años, español, navarro); Jacinto (Rufino Mezquíriz Iraizoz, 29 años, español, navarro); y José Andrónico (Donato Ramos Zabalza, 17 años, español, navarro). El objetivo del grupo misionero consistía en la fundación de un establecimiento educacional, a través del cual prolongar en nuestro país la tarea doctrinal y educativa impulsada por Joseph Benoit Marcellin Champagnat Chirat (1789-1840), fundador e inspirador de la Obra Marista en el mundo."
Así se dio inicio a la gran aventura providencial de evangelizar nuevas tierras para dar a conocer a los niños y jóvenes de Chile cuánto les ama Dios, como era el gran deseo de nuestro santo Fundador. Agradezcamos al Señor este hermoso regalo de la llegada de los Hermanitos de María a esta tierra bendita hace ya 100 años, y participemos con alegría de esta fecha tan significativa.

miércoles, febrero 02, 2011

Presentación del Señor

miércoles 02 Febrero 2011
Presentación del Señor

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En esta fecha, no sólo se conmemora la purificación de nuestra Madre sino también, un segundo gran misterio: la presentación de Nuestro Redentor en el templo. Además de la ley que obligaba a purificarse, había otra que ordenaba ofrecer a Dios al primogénito, aunque posteriormente podía ser rescatado por cierta suma de dinero. María cumplió estrictamente con todas esas ordenanzas. Permaneció 40 días en su casa sin dejarse ver, absteniéndose de entrar al templo y de participar en las ceremonias de culto. Luego se dirigió a Jerusalén con su hijo en brazos, hizo sus ofrendas como acción de gracias y para su expiación, presentó a su Hijo, por manos del sacerdote a su Padre Celestial y luego lo rescató por cinco shekels recibiéndolo de nuevo en sus brazos hasta que el Padre volviera a reclamarlo. Sin duda alguna, Cristo nos dio un ejemplo de humildad, obediencia y devoción al renovar públicamente la propia oblación al Padre como El lo había hecho en su Encarnación.